Sentados alrededor de la hoguera, casi a punto de apagarse, se añade algún trozo mas de madera para paliar el frio que hace esta noche. A Juan se le ocurre que para pasar el tiempo, podemos contar leyendas, y claro, le tocó empezar a él.

Esta historia ha sucedido aqui, en nuestro instituto, me la contó el conserje, ese hombre tan raro que sólo con su presencia atemoriza. Esto les ocurrió a unos chavales hace unos nueve años, se escondieron en el gimnasio para «jugar» a la ouija. Unieron sus manos sobre el vaso y empezaron a moverlo. «Hay alguien ahi?»,«Hay alguien ahi?».

Sin que nadie se lo espere, el vaso se mueve rápidamente a «SI», alguien gritó y la gente empezó a tener miedo, menos una persona, «Verónica», que se levantó «Bah!, menuda tontería» dijo mientras se dirigía hacia la puerta. No sabemos bien como sucedió, pero tropezó con algo, se dió de bruces con la pared y un pequeño gancho cayó sobre su cabeza. Por un instante se quedó paralizada, un pequeño hilo de sangre empezó a caer por su cara, sus ojos se quedaron en blanco y se desplomó al suelo.

Ese momento cambió la vida de esos muchachos, la mayoría sigue yendo a un tratamiento porque sueñan todas las noches con esa escena, Pablo, el novio de Verónica, todavía no ha recuperado el habla.

En el instituto se rumorea que el espiritu de Verónica sigue paseandose por los pasillos y si una chica se coloca delante del espejo con una vela encendida en la mano repitiendo el nombre de Verónica tres veces, esta te muestra como va a ser tu muerte.

-¿Estas de broma?, ¡esto no hay quien se lo crea!- dijo Dolores.

-¿Ah no?, pues si estas tan segura de que es mentira, ¿porque no lo probamos?. Una tarde que no haya nadie en el instituto, nos colamos y repites el nombre de Verónica tres veces delante del espejo con una vela en la mano, ¿te parece?

-¡¡¡Uuuhhhh, que me voy por la pata…- dijo Dolores riéndose.

A los dos dias, nos reunimos todos otra vez en la parte trasera del instituto, entramos por una ventana por la cual nos colabamos siempre, Dolores, todavia incrédula, se dirijió por el pasillo casi a oscuras hacia el baño. Entró en los servicios y casualidad que no funcionaba la luz, solamente entraba un poco de claridad por las pequeñas ventanas. Dolores empezó a estar mas nerviosa que lo que se pensaba. Con temblor en las manos, encendió la vela.

-Verónica!

-Verónica!

-Verónica!

Se quedó helada, sin reaccionar viendo la imagen que se reflejaba en el espejo, se veía a si misma en un ataúd rodeada de sus familiares, su aspecto era igual que el actual, era como si no hubiese pasado el tiempo. Pasó de la incredulidad al miedo en un instante, del terror que estaba pasando sus piernas le dejaron de responder, necesitaba reaccionar, abrió el grifo para mojarse la cara. Al levantar el rostro, se quedó aterrorizada, vió como estaba escrito en el vaho del espejo una fecha.

-Pero si eso es mañana!

Presa de un ataque de pánico, su cuerpo dejó de responder, perdió el conocimiento y se desvaneció. El estruendo nos alertó, nos dirijimos a los servicios, y lo que vimos nos sobrecogió. Dolores al caer se dio un golpe con la sien en el lavabo y yacía sobre un baño de sangre. Aún podíamos ver en el espejo la fecha de mañana, justo el día que se haría realidad lo que Verónica le enseñó a Dolores.

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